Descripción
En esta historia, Andalucía prohibida, se contrasta con desinhibida exposición el lenguaje usual del andaluz con la lengua oficial, o castellano, destacando la importancia del idioma y su carácter inclusivo. Se antepone cómo España, al igual que cualquier otro país, trató de llevar a cabo la homogeneización idiomática y cultural en todo su territorio, pero sin conseguirlo. Es también una mirada diferente a la espada y a las guerras, siempre protagonistas en la historia, donde los resultados de las batallas no son las únicas autorías que la cambian, sino quienes la cuentan. Se resalta, por tanto, que la historia «es« lo que se ha narrado, y no tanto lo que ha sucedido. Por último, y paralelo también a la narrativa del idioma y de la espada, se destaca el papel de las creencias, capaces de generar fronteras invisibles e impermeables entre los pueblos, con las líneas de su fe.
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